Uno de los motivos que me hizo querer hacer el curso de Formador Ocupacional fue mi experiencia como alumna en un curso que tuve la suerte de dejar a medias por motivos de trabajo.
Os cuento un poco: era relacionado con el turismo, pero un turismo de oficina, sin atención al público, en el que primaban los conocimientos teóricos sobre los prácticos. La profesora, demasiado joven aunque soberanamente no preparada(JASNP) no venía del ámbito del turismo, se le venía un poco grande el curso y por qué no decirlo, no tenía ni idea de ninguno de los contenidos. En ese momento pensé: "en cuanto pueda, me saco el Formador Ocupacional". Y aquí estoy, para que no se repitan los momentos que tuve que vivir: consiguió que un grupo de 15 personas estuviera desorganizado, con conflictos permanentes por causa del docente (no planificaba las clases, a las preguntas contestaba que lo consultaba y ya nos los díría al día siguiente...), y todo un cúmulo de situaciones y circunstancias que parecería surrealista o de cámara oculta si no fuera porque lo vivimos muy desde dentro y no salió ninguna persona con un ramo de flores.
También debo decir que los demás cursos realizados fueron satisfactorios, sin ningún problema de importancia.
Desde aquí os seguiré contando experiencias, todo lo que pase con este curso, y algunas cosillas más.
Fani.
2 comentarios:
Lo positivo de esta experiencia, Fani, es que despertara en ti la conciencia de querer enseñar en base a unos principio pedagógicos y con control y rigor!
Ánimo
Creo que casi todos podríamos recordar alguna experiencia similar, porque, por desgracia, los buenos formadores no son la regla, sino la excepción... pero siempre estamos a tiempo de engrosar la lista y que la excepción sean los mediocres. Y para eso estamos aquí.
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